El pasado jueves 20 de Abril tuve el placer de conocer el restaurante S’Amarador en Ciutadella, Menorca. Está situado en un punto estratégico desde el cual se tienen las mejores vistas del puerto y si tienes la suerte de ir al atardecer, disfrutarás de una impresionante puesta de sol. El local está cuidado al detalle con mucha minuciosidad para que el comensal pueda disfrutar del mejor pescado fresco y producto de la isla en un emplazamiento inigualable.

Prestan mucha atención al origen de los productos que utilizan en sus cocinas, emplean Mero y gambas pescadas en la costa menorquina, la Vaca Vermella de Son Saura y casi todas las verduras del restaurante son ecológicas y de proximidad cultivadas en un predio próximo al restaurante. Esta atención al origen de sus productos pone de manifiesto el compromiso y la responsabilidad con el entorno ambiental que S’Amarador tiene, de esta manera no solo generan beneficio económico con su actividad sino beneficios para la sociedad y el planeta además de impulsar la economía local de Menorca. Aproximadamente el 85% de los productos que utilizan en las cocinas son productos menorquines y eso es realmente digno de admirar.

Tras 15 años de inactividad en este emblemático edificio del puerto de Ciutadella, S’Amarador ha sabido rescatarlo de sus cenizas, respetando sus orígenes y tradición, con una aspecto mucho más renovado pero sin perder su esencia de cofradía de pescadores. El local está repleto de notas marineras fieles al espíritu de la antigua fonda de pescadores pero con un estilo moderno y minimalista. Una de las cosas que más llaman la atención al entrar en este restaurante, además del indiscutible atractivo del entorno, es la cantidad de personas que trabajan en él y el impecable servicio que ofrecen.

El menú que probé fue el «menú de pascua» que incluía un entrante, un plato principal y un postre. El precio de este menú era de 21,5€ y te permitía cambiar el plato principal por una caldereta de langosta menorquina (mínimo para 2 personas) con un suplemento de 25€. Si nunca has probado la caldereta de langosta de Menorca es una de esas cosas que deberías de tener en tu «bucket list» sin lugar a dudas, y S’Amarador es un sitio perfecto para poner el tick a este apartado.

El primer entrante que probamos en este menú de pascua fueron estos piquillos rellenos de rape y gambas que estaban de toma pan y moja ¡literalmente!. Me gustó mucho encontrarme los trozos de rape y gambas en el relleno y la bechamel resultaba súper cremosa y ligera.

Como detalle de la casa nos sirvieron este timbal de boquerones, guacamole y confitura de tomate que me gustó mucho sobre todo la parte del tomate confitado. Los tomates de Menorca contienen menos agua que los que podemos comprar en Madrid y por ello suelen tener un sabor mucho más potente y un color más intenso. El guacamole ligaba muy bien con el dulzor de esta confitura de tomate y los boquerones en vinagre le daban el toque ácido al plato.

El carpaccio de ternera estaba presentado en lonchas muy finas, decorado con un poco de parmesano, rúcula y aceite de oliva. En este tipo de platos se pone de manifiesto la calidad de la materia prima que emplean, la carne estaba tierna, el color era rojo intenso y el olor te preparaba para el sabor que ibas a apreciar de carne fresca y bien aliñada.

El plato estrella del menú fue este arroz negro con sepia y gambas menorquinas. Lo primero que me llamó la atención fueron esas gambas rojas perfectamente presentadas para darle el toque de color a la elaboración. Si bien en un primer momento dudé si pedirme este plato, dado que en foto no iba a lucir mucho, los camareros me insistieron en que lo probara y me dejé aconsejar. El arroz estaba en su punto justo de cocción, el sabor era intenso y las gambas era pecado no comerlas con las manos para disfrutar hasta de la última gota de su sabor. Esa paella era solo para dos por lo que nos sobró más de la mitad y nos ofrecieron prepararla en un tupper para poder llevárnosla a casa. ¡Me emociona que cada vez tenga más acogida en España esta práctica tan Europea! No soportaba la idea de que semejante arroz pudiera terminar en la basura y acepté encantada, de verdad es una práctica que debería extenderse a todos los restaurantes para promover un consumo más inteligente de los recursos.

Los postres fueron la pata más débil del menú, fueron clásicos sin mucha más pretensión. El coulant estaba correcto aunque el helado de vainilla tenía muy poco sabor y el color tan amarillo resultaba demasiado artificial.

El helado de queso e higos me gustó más, eran sabores originales para un helado y me recordaban a la conserva de higos que preparaban en mi casa cuando era pequeña. Además no resultaba excesivamente dulce y la textura era muy cremosa.

Acompañamos la fantástica comida con un vino chardonnay de las fincas de BINIFADET situadas al sur de la isla de Menorca. Fue un vino sabroso y fresco, de color intenso y tonalidad amarilla con reflejos dorados. En nariz combinaba notas de fruta madura de hueso conjuntamente con las notas herbales típicas del bosque mediterráneo (hinojo, tomillo y lavanda).

La comida en S’AMARADOR fue realmente agradable gracias a la suma de diversos factores entre los que destacan: la calidad de la materia prima local, la intachable atención del personal y la estética del local junto con la belleza de su emplazamiento. Creo que es un restaurante perfecto para disfrutar del pescado, el marisco y en general del producto local de la isla perfectamente respetado y ensalzado mediante una cuidada elaboración y presentación en el plato. Espero que sigan creciendo compartiendo sus valores de apoyo a la economía local y desarrollo sostenible, y ofreciendo el servicio de calidad al que tienen acostumbrados a sus clientes.

Precio medio: 25-30 €/persona

Dirección: Carrer de Pere Capllonch, 42, Ciutadella, Menorca (en el puerto de Ciutadella)

Teléfono: 971 38 35 24

Página web: S’Amarador

¡Espero que os guste foodies!

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