El martes 18 de Abril fui a cenar a Tap’s Can Avelino en Mahón (Menorca) aprovechando las vacaciones de semana santa, ¡que mejor manera que escapándome a mi isla bonita!
Lo que más me gustó de este restaurante fue el ambiente que se respiraba; como siempre que pongo un pie en la isla, la tranquilidad y amabilidad de los menorquines te invade el cuerpo, y no iba a ser de otra forma con su gastronomía ¿no?
Tap’s Can Avelino es un restaurante de tapas para compartir en el que cuidan mucho la presentación de todas sus elaboraciones, ofrecen producto local de la isla en muchas de ellas y consiguen fusionar tradición e innovación de una manera muy coherente, mostrando creatividad y vanguardia sin ser pretenciosos en su carta con una relación calidad y precio fantástica. Es un sitio ideal para disfrutar de una cena en condiciones sin que la cartera se ponga a temblar.
Tienen una carta de básicos que siempre ofrecen y otra que van cambiando con cierta periodicidad para mantenerse siempre al día, como se suele decir… ¡renovarse o morir! Me parece una buena forma de mantener los platos fetiche de tu restaurante y al mismo tiempo no dejar de crear para mantenerte activo y sorprender al comensal más asiduo.

Empezamos la cena con estos montaditos de sardina ahumada que me chiflaron, no sé si fue porque estaban en una posición favorable respecto al resto de platos ya que los probé con el estómago vacío, pero me atrevo a decir que fue mi plato favorito de la noche.
El pan de cristal súper crujiente con un relleno que recordaba un poco al guacamole y la sardina ahumada en la cima me pareció una elaboración muy acertada porque todos los sabores se unían perfectamente. A veces no hace falta complicarse demasiado sino dar en el clavo, y eso fue lo que hicieron conmigo con esta tapa en Tap’s Can Avelino ¡Probaré a hacerla en casa seguro!

Después nos trajeron esta ensalada de mango, rúcula, jamón y piñones que resultaba muy fresca y exótica. El sésamo le iba muy bien a todos los ingredientes, no era sólo decoración estética sino que le daba un toque muy sabroso. Si eres un apasionado de las ensaladas te recomiendo que la pruebes.

Esta ensalada fue un poco menos sorprendente que la anterior y quizás resultaba demasiado seco el queso y difícil de integrar su sabor en la ensalada pero me quedo con la combinación de las fresas y el queso de cabra que no lo había probado hasta ahora y la verdad es que ligan muy bien.

Si la tosta de sardina ahumada ocupaba el primer lugar de los platos de esta cena, el tataki de buey le seguía muy de cerca, ¡estaba delicioso! Lo habían marinado con jengibre y soja lo que resultaba en boca súper aromático y fresco pero respetando por completo el sabor propio de la carne. Además estaba tierno y los fideos le iban muy bien, sin duda, tenéis que probar este plato cuando vayáis a Tap’s Can Avelino, es un tataki de carne de diez.

El tataki de atún rojo lo presentan con gotitas de mahonesa de wasabi, salsa teriyaki y rebozado de sésamo negro y sésamo dorado. Otro tataki de diez, cada día me gustan más las carnes y los pescados en crudo o semi-crudos, se disfruta más del sabor propio del animal sin maquillar. La mahonesa de wasabi le da un toque muy rico al tataki y no pica, no os asustéis, además los germinados de alfalfa le dan ese toque vegetal fresco y ligero que le va como anillo al dedo.

Los langostinos kataifi con salsa de mango y curry son la niña bonita de la carta, no había mesa en el restaurante que no tuviera este plato en el centro y no me extraña en absoluto. Los fideos kataifi proporcionan al langostino una textura crujiente sin restarle sabor al langostino que es el protagonista del plato. Además, no resultan nada grasientos y esteticamente le dan un toque muy original al plato. La salsa te la sirven con un buen trozo de pan al lado y no es para menos … es un pecado no hacer barquitos en ella.

El solomillo de cerdo al queso de Mahón fue el plato que menos me gustó de la noche, estaba muy hecho y resultaba demasiado seco, pero la salsa de queso de Mahón estaba exquisita, me gustaría tener la receta para prepararla en casa, creo que le puede ir bien a un montón de cosas.

Del mismo modo que con el solomillo de cerdo, el magret de pato estaba un poco demasiado hecho para mi gusto pero el mango caramelizado y la confitura le iban muy bien a la carne.

Y como no podía ser de otra manera siempre dejo un hueco en el estomago para los postres sino siento que no he terminado de comer.
Probablemente, la tarta de zanahoria de este restaurante sea la mejor tarta de zanahoria que he probado nunca, ¡necesito la receta!, es jugosa, sabrosa, el frosting nada dulce y muy cremoso, el toque del jengibre le da una alegría especial… simplemente es la tarta perfecta.
La tarta de cerveza Guinness está buenísima, nuevamente resulta súper jugosa y con sabores muy intensos y en su punto justo de dulzor. Lo mejor de estas dos tartas es que el frosting suma valor, no es un mero elemento estético cargado de azúcar y mantequilla sin sentido.
La tarta de limón es la más ligera de las tres, con un toque bastante ácido y muy cremosa.
Sin lugar a dudas es un sitio al que no me cansaría de ir a cenar, tienen una carta de una extensión justa para no aburrirte si vas mucho, pero no excesivamente larga para garantizar la calidad de sus platos. Fue una noche estupenda, y espero que estos cinco años que llevan abiertos sean solo el principio de un largo camino, no me cabe ninguna duda, ¡mucha suerte y gracias por todo!
Precio medio: 20-25 €/persona
Dirección: Carrer Sínia des Muret, 39, Mahón, Menorca
Teléfono: 971 09 11 04
Página web: Canavelino
¡Espero que os guste foodies!
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